sábado, 7 de mayo de 2011

Fin de Semana en La Rioja (I)

La Rioja no sólo es tierra de buen vino, también lo es de bellas estampas, parajes y rincones; de arte y cultura sin fin custodiada y casi congelada en el tiempo desde hace más de mil años en los singulares monasterios que jalonan estas tierras; solitarios, perdidos en los más recónditos valles y montañas, como huyendo de la decadencia post-romana y visigoda, para convertirse no sólo en lugares de retiro y oración, más aún, en auténticos centros difusores de cultura; cuna de nuestra lengua y quizás de nuestra tradición.

Hemos elegido la ciudad de Nájera como centro de nuestra escapada de fin de semana a esta peculiar comarca del Noroeste de La Rioja. El centro histórico de Nájera es bastante pequeño y recogido por hallarse encerrado entre el Río Najerilla y los cerros que delimitan la ciudad por el Oeste, por lo que puede visitarse sin emplear demasiado tiempo.En las afueras, destacamos la existencia del Castillo de la Mota y de un Alcázar en dichos cerros que resguardan la ciudad, si bien dichas edificaciones se encuentran prácticamente desaparecidas. Coronando estos cantiles, podremos visitar la inconfundible Cruz de Malpica, desde donde disfrutaremos de unas extraordinarias vistas de la ciudad.

En el casco urbano se encuentra el Convento de Santa Elena (s. XVI) y el museo Najerillense, si bien, merecerá mucho la pena que dediquemos parte del tiempo que dispongamos en nuestra primera jornada a visitar la auténtica joya que podemos encontrar en la ciudad, el Monasterio de Santa María La Real, que empieza a edificarse a mediados del s. XI

El monasterio de Santa María la Real fue edificado a instancias de Don García. Cuenta la leyenda que estando de caza, lanzó su halcón contra una perdiz y ambos se perdieron al interior de una gruta, en la que el monarca halló un altar con la imagen de la Virgen, una campana, una jarra y un ramo de azucenas además de ambas aves en pacífica convivencia. Al año siguiente toma Calahorra y promete a la Virgen edificar allí un templo que le sirva como panteón real.

Destaca de la visita el Claustro de Los Caballeros, de estilo gótico-plateresco, así llamado por albergar sus muros las tumbas de numerosas familias riojanas de entre los siglos XVI-XVIII. Durante la guerra de la Independencia, en 1809 fue vandalizado por las tropas francesas, que decapitaron todas las figuras esculpidas en las hornacinas.

La Iglesia del Monasterio es absolutamente soberbia, presenta un Altar Mayor con un retablo de 1690 donde se muestran recurrentemente los legendarios elementos que dieron lugar a la fundación del monasterio (la Virgen, la campana, la jarra y el ramo de azucenas).

En el lado opuesto tenemos, en la parte superior, la sillería del coro (s. XV), que muestra un exquisito trabajo de la madera por parte de los artesanos en diversos motivos religiosos, profanos, vegetales, legendarios, etc...

Y bajo el coro se encuentra el impresionante panteón real donde encontramos las arcas con los restos mortales de varios reyes del Reino de Nájera-Pamplona (precursor del Reino de Navarra), así como otro panteón anexo donde yacen diversos infantes, donde destaca por su belleza y riqueza ornamental la tapa del sepulcro de Dª Blanca de Navarra.

Visto el monumental sitio de Santa María La Real, dedicamos la tarde de esta primera jornada en tierras riojanas a visitar algunos pueblos de tradición vinícola muy cercanos como puedan ser Cenicero, Elciego o Laguardia.

En nuestro recorrido en coche, disfrutaremos de los bonitos paisajes jalonados de viñedos y de las innumerables bodegas que encontraremos por el camino, muchas de ellas de afamadísimo prestigio en la Denominación de Origen Rioja.

Hicimos parada en el bonito pueblo de Laguardia para visitar una de estas bodegas, concretamente la Bodega El Fabulista, llamada así por ser en tiempos propiedad del escritor Felix María Samaniego. Esta bodega es interesante de visitar por ser una pequeña explotación de producción casi artesanal, donde el vino se somete a crianza en tres "calados" o galerías subterráneas de más de 1000 años de antigüedad. Todo el casco histórico de Laguardia tiene el subsuelo perforado por este tipo de calados que se realizaron en la Alta Edad Media, durante la Reconquista, con fines meramente defensivos, y hoy buena parte de ellos se siguen utilizando reconvertidos en bodegas.

La visita a esta población y a sus bodegas es por tanto extraordinariamente interesante y sin duda imprescindible para entender mejor el entorno social y productivo alrededor del vino en esta región.

Más información en:

http://www.lariojaturismo.com/

http://www.arquivoltas.com/17-La%20Rioja/01-Najera01.htm

http://www.santamarialareal.net

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