Para mejor disfrute de la jornada habíamos concertado cita con un guía de excepción, Jaime Cinca, gran aficionado, estudioso e investigador de los terribles hechos aquí acaecidos, y que nos acompañó durante la mayor parte del día dándonos explicaciones oportunas, precisas y enriquecedoras de todos los emplazamientos que visitamos.
Desde este lugar se domina una soberbia panorámica sobre Belchite y el resto de poblaciones y parajes circundantes, por ello se trató de un punto estratégico importantísimo durante la contienda, cayendo alternativamente de un bando a otro.
Concluida nuestra visita al Mojón del Lobo, nos acercamos finalmente a Belchite, plato fuerte de la jornada. Pronto nos reunimos todos frente al Arco de La Villa, punto de entrada a las ruinas históricas del pueblo viejo de Belchite. Dada que esta entrada estaba siendo rehabilitada para evitar su derrumbe, tuvimos que entrar al pueblo dando un pequeño rodeo.
Pronto accedimos a la Calle Mayor, arteria principal sobre la que se articula el recorrido principal por las ruinas históricas del pueblo. Cabe destacar el estado de total desolación en la que está inmersa la villa, aunque también es preciso aclarar que el estado en el que se encuentra en la actualidad, 100% ruinoso, es debido al transcurso de los años sobre unas edificaciones que no han sido sometidas a mantenimiento o rehabilitación alguna desde el final de la Guerra Civil. Tras la batalla de Belchite, tan sólo el 30% de la villa quedó completamente destruida, y de hecho, la población civil siguió viviendo en el pueblo varios años después de la guerra, hasta la construcción del pueblo nuevo.
El paseo por la Calle Mayor sobrecoge e impresiona. Tras unos metros tomamos un desvío a nuestra izquierda para acercarnos al convento de San Agustín (s.XVIII), en cuyo interior se adivina una exquisita decoración barroca que nos hace pensar en la soberbia belleza que alguna vez debió tener este templo. En su torre se puede observar con total perfección un obús sin estallar hincado entre los ladrillos.
Retomamos la Calle Mayor, para llegar ahora a la Plaza del Ayuntamiento, y un poco más adelante a la Torre del Reloj, una joya del Mudéjar de finales del s.XV que ha tenido que ser recientemente sometida a un proceso de restauración básico para evitar su desplome.
Continuando nuestro paseo, llegamos a la Iglesia de San Martín de Tours, sin duda el edificio más emblemático del pueblo y protagonista habitual de las fotos más características de Belchite. De origen Mudéjar (Dib.) el templo fue evolucionando arquitectónicamente hasta el siglo XIX.
Al lado de la iglesia, el Convento de San Rafael, otra joya arquitectónica del pueblo, amenaza con un derrumbe inexorable.
Y fue aquí donde concluimos nuestra interesantísima visita guiada a las ruinas históricas del pueblo viejo de Belchite, visita que disfrutamos enormemente gracias a las numerosas anécdotas y datos aportados por Jaime, al cual le agradecemos muchísimo su compañía y dedicación, que nos ha propiciado una jornada muy especial e inolvidable.
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