viernes, 1 de agosto de 2008

De vacaciones a Eslovenia (Día 3): Cuevas de Skocjan y Castillo de Predjama

Las Cuevas de Skocjan, cerca de Divaca, son el único lugar de Eslovenia declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1986. La visita a estas monumentales formaciones kársticas no deja lugar a dudas del por qué de este singular reconocimiento.

Salimos muy temprano de Portoroz este Viernes 1 de Agosto de 2008, y tomamos la autopista A1, que muy rápidamente nos adentraba en el interior del país, en dirección a Postojna, una de las más importantes ciudades de la llamada zona Kárstica de Eslovenia, o Región del Karst, famosa por las colosales grutas y cuevas que horadan las entrañas de esta tierra, como la famosa gruta de Postojna, o las impresionantes cuevas de Skocjan.

No fue fácil llegar a Skocjan, la señalización no ayudaba mucho y tuvimos que dar algunas vueltas con el coche entre las pequeñas y bonitas pedanías y poblaciones salpicadas entre Divaca y Kozina, hasta que en el pequeño pueblo de Rodik, un amable paisano que cortaba y ordenaba cuidadosamente leña, nos indicó el camino correcto. No perdimos así mismo la ocasión de observar la presencia de un interesante restaurante en esta población, un poco apartada de los núcleos turísticos, y que nos anotamos convenientemente para regresar aquí a su debido momento.

Llegamos en torno a las 11:00h a la entrada de las famosas cuevas de Skocjan y el próximo pase guiado se daba a las 12:00h, por lo que tuvimos tiempo de tomarnos una cerveza en el agradable bar restaurante que allí había, para después dar un pequeño paseo hasta un bonito mirador donde disfrutamos de la impresionante vista del pueblo de Skocjan.

Destaca la torre de su iglesia sobresaliendo de un impresionante cerro que se levantaba sobre el profundo Valle Velika Dolina, por cuyo fondo discurría el río Reka, horadando este colosal macizo kárstico y formado impresionantes cavidades que daban acceso a la colosal cámara interior, que visitaríamos en breves momentos.

La visita comenzó puntual con un pequeño paseo que nos aproximó a la entrada a la cueva, creada artificialmente para facilitar el acceso del público. Tras una pequeña introducción por parte de la guía, nos adentramos en la cueva, de la que visitaríamos tan sólo los 2 km más representativos, de los casi 6 km totales de longitud que tiene la gruta.

Sorprende de esta primera parte de la visita las vistosas y bellas formaciones de estalactitas y estalagmitas, así como los pequeños estanques artificiales que los primeros exploradores que investigaron estos lugares fueron creando como depósito de agua tanto para beber como para utilizarla en la iluminaria de carburo.

A medida que la visita avanza entramos en cámaras cada vez más grandes y con impresionantes bóvedas; la visita guiada se hace muy amena por las pertinentes explicaciones que vamos recibiendo sobre cada particular formación o lugar de interés en la gruta.

El colofón a la visita se alcanza en el último tramo, donde accedemos a una colosal y fabulosa caverna de casi 100 metros de altura por cuyo fondo discurre el Río Reka. El paseo se desarrolla ahora por un sendero horadado en una de las paredes de esta impresionante caverna, iluminado tenuemente cada 20 o 30 metros, al cual se accede tras superar un puente levantado a unos 50 metros de altura sobre el río, cuyo paso depara intensas emociones.

A medida que se avanza el visitante va tomando conciencia de las verdaderas dimensiones de esta gruta, pudiendo observar a cada paso como el punto por el que accedimos a esta caverna se va haciendo más minúsculo, atrás en la lejanía.

La salida se realiza por un orificio en la roca también de notables dimensiones, y se continúa con un bonito paseo por el valle hacia un pequeño funicular, que nos devolvería rápidamente de nuevo al recinto de venta de entradas y punto de información.

Satisfechos e impresionados con la visita, nos dirigimos a la pequeña localidad de Rodik, donde llegamos en torno a las 14:30h, con intención de almorzar en el restaurante que habíamos descubierto con anterioridad, el Gostilna Mahorčič.

Cabe destacar la calidad gastronómica que disfrutamos en este lugar, a base de platos típicos Eslovenos, como el surtido de exquisitos quesos de esta tierra, alguno con un especial toque de trufa, el asado de carne de pierna de vaca, y la degustación de postres y licores típicos que con gran profesionalidad, servicio, y mejor precio, Martin puso a nuestra disposición.

Tras la comida nos dirigimos a la ciudad de Postojna, donde llegamos en torno a las 17:00h para visitar otros de los atractivos turísticos más importantes de Eslovenia, El Castillo de Predjama. Sin lugar a dudas este lugar es el protagonista de una de las fotografías más típicas del país que podemos encontrar en las guías de viaje.

El Castillo de Predjama (s.XII-XIII) se ubica custodiando la entrada de una espectacular caverna que da entrada a un complejo sistemas de grutas de cuatro niveles de profundidad, formadas por el paso del río Lokva. La fortaleza se levanta sobre una base a cuyos pies se descuelga un precipicio de 123 metros de altura.

La visita al castillo nos descubre su perfecta integración en el medio en que se encuentra, donde encontramos estancias edificadas al uso tradicional, y en otras ocasiones reaprovechando las cuevas y huecos naturales propiciadas por su ubicación.


La entrada a la enorme caverna que custodia se ha integrado de manera muy natural en la edificación, construyendo escalones sobre el suelo de roca viva y pasarelas que ayudan al avance, y habilitando en el techo de la gruta un curioso sistema de recogida natural de aguas.

Y con esta interesante visita dimos por concluida la tercera jornada de nuestro viaje, regresando a Portoroz para aprovechar el resto de la tarde y la noche tomando alguna cerveza y cenando en alguno de los recomendables restaurantes de esta localidad, como es el caso del restaurante Paco, donde disfrutamos de unos excelentes pescados frescos al horno y unos exquisitos calamares guisados.

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