Habíamos quedado a las 9:30h de la mañana en la plaza de Turleque para dar comienzo a esta nueva ruta off-road, que suma y sigue a las que ya hemos venido celebrando, y que van, poco a poco, consolidándose como una tradición. No fue hasta la poco antes de las 10:00h cuando finalmente se completó el convoy que iba a participar en esta nueva expedición, compuesta por las dos motos de Juan Félix y Álvaro (Barru), el quad de Paco, los Toyota Land Cruiser y 4Runner de Tito y Ángel respectivamente, y el Opel Frontera de Luis.
Iniciamos la marcha calentando motores hasta la Cooperativa agraria del pueblo, lugar donde comienza el Camino de Mora, y por tanto la ruta off-road, donde nos reagrupamos unos instantes, y una vez comprobado que todos estábamos dispuestos para salir, partimos inmediatamente con decisión.
La primera parte del Camino de Mora es una pista ancha y en buen estado por la que podemos circular a gran velocidad. Llegando al paraje conocido como la Cuesta Colorá la pista tiende a estrecharse y retorcerse para superar por el mejor las última estribaciones de la Sierra de Algodor, hasta que finalmente salimos al extenso y abierto Valle del Algodor, donde el camino sigue ahora el trazado totalmente rectilíneo de la primigenia carretera de Mora, como así nos lo indica el suelo empedrado sobre el pequeño talud por encima del cual nos vamos desplazando. Estamos en medio de la zona inundable del Embalse de Finisterre, aunque el nivel el agua, rara vez a llegado a anegar este lugar.
Nos salimos de esta pista tomando un camino a nuestra izquierda, en dirección Suroeste, a mitad del valle, por lo que pudo ser, según así nos lo indica la cartografía histórica (IGN 1:50.000, Hoja 686, 1884 y 1946), el antiguo Camino de La Cerca del Cura, pasando por los vestigios de las antiguas Casas de La Venta Vieja primero, y por los restos de La Venta del Escándalo un poco más adelante, ya cuando hemos alcanzado la antigua carretera CM-400, ahora prácticamente relegada a vía de servicio de la Autovía de Los Viñedos (CM-42). Estos vestigios de posadas y ventas nos recuerdan la importancia que tuvo este lugar, el paraje de Finisterre, como punto de parada y fonda, ya desde tiempos de Los Romanos, en el camino histórico de Toledo a Alcázar de San Juan.
Cruzamos por un paso soterrado la Autovía de los Viñedos y ya al otro lado, y tras seguir durante unos metros el camino de servicio paralelo a la autovía, nos desviamos a mano izquierda para tomar el Camino de Finisterre, un tramo en mal estado que con las últimas lluvias y la consiguiente abundancia de barro nos deparó algunos momentos divertidos, especialmente al afrontar el primero de los vadeos sobre el río Algodor.
Iniciamos la marcha calentando motores hasta la Cooperativa agraria del pueblo, lugar donde comienza el Camino de Mora, y por tanto la ruta off-road, donde nos reagrupamos unos instantes, y una vez comprobado que todos estábamos dispuestos para salir, partimos inmediatamente con decisión.
La primera parte del Camino de Mora es una pista ancha y en buen estado por la que podemos circular a gran velocidad. Llegando al paraje conocido como la Cuesta Colorá la pista tiende a estrecharse y retorcerse para superar por el mejor las última estribaciones de la Sierra de Algodor, hasta que finalmente salimos al extenso y abierto Valle del Algodor, donde el camino sigue ahora el trazado totalmente rectilíneo de la primigenia carretera de Mora, como así nos lo indica el suelo empedrado sobre el pequeño talud por encima del cual nos vamos desplazando. Estamos en medio de la zona inundable del Embalse de Finisterre, aunque el nivel el agua, rara vez a llegado a anegar este lugar.
Nos salimos de esta pista tomando un camino a nuestra izquierda, en dirección Suroeste, a mitad del valle, por lo que pudo ser, según así nos lo indica la cartografía histórica (IGN 1:50.000, Hoja 686, 1884 y 1946), el antiguo Camino de La Cerca del Cura, pasando por los vestigios de las antiguas Casas de La Venta Vieja primero, y por los restos de La Venta del Escándalo un poco más adelante, ya cuando hemos alcanzado la antigua carretera CM-400, ahora prácticamente relegada a vía de servicio de la Autovía de Los Viñedos (CM-42). Estos vestigios de posadas y ventas nos recuerdan la importancia que tuvo este lugar, el paraje de Finisterre, como punto de parada y fonda, ya desde tiempos de Los Romanos, en el camino histórico de Toledo a Alcázar de San Juan.
Cruzamos por un paso soterrado la Autovía de los Viñedos y ya al otro lado, y tras seguir durante unos metros el camino de servicio paralelo a la autovía, nos desviamos a mano izquierda para tomar el Camino de Finisterre, un tramo en mal estado que con las últimas lluvias y la consiguiente abundancia de barro nos deparó algunos momentos divertidos, especialmente al afrontar el primero de los vadeos sobre el río Algodor.
Se trata de un paso largo, limpio, sin complicaciones dado la consistencia del suelo, y con abundancia de agua gracias a las últimas lluvias; todo lo cual nos deparó un momento muy divertido.
Tras el vadeo hicimos una breve parada para observar con más detalle el paso que habíamos hecho, y rápidamente proseguimos hasta encontrarnos con el Camino de Ciudad Real a Mora. Tomamos este girando en dirección Sur-Suroeste, avanzando hasta encontrarnos con la carretera Yébenes-Mora (CM-4054), la cual cruzamos sin mayores problemas.Tras superar la carretera continuamos durante aproximadamente un kilómetro, para desviarnos ligeramente de la ruta y aproximarnos a visitar una vistosa torre, la cual alcanzamos tras efectuar otro divertido vadeo sobre el Río Algodor.
Llegamos a esta sorprendente atalaya donde hicimos la primera parada de descanso. No he conseguido obtener más información al respecto, tan sólo que se reseña en la topografía de IGN, 1:50.000, hoja 686, como Torre Árabe. Y en efecto, su buen estado de conservación permite constatar que atiende a las mismas características constructivas de otras atalayas árabes de la zona, guardando especialmente grandes similitudes con la famosa Torre Tolanca de Sonseca.
Tras la visita a esta Torre, retrocedimos sobre nuestros pasos para buscar ahora el llamado Camino de Las Carretas, pista ancha y en buen estado que nos permite avanzar con velocidad.
Cruzamos la carretera N-401 y proseguimos por este camino, divisando ya con nitidez en la lejanía, a nuestra izquierda, el impresionante Congosto de Las Guadalerzas, marcando el paso en forma de colosal “V” al corazón de los Montes de Toledo.
Llegados a una encrucijada de caminos confluentes en un puente sobre el Río Algodor, giramos en dirección Suroeste tomando ahora el Camino de San Marcos, que enfila con decisión la aproximación al Congosto de Las Guadalerzas, lo que nos permitió acercarnos a gran velocidad a este imponente valle.
Poco después de las 11:00h llegábamos a la entrada del desfiladero, de entrada muy angosta, flanqueada al Oeste por La Palomera (1.211 mts), y al Este por el pico de Los Gigantes (1.135 mts); el camino aquí se estrecha notablemente y se presenta muy tupido de vegetación en las cunetas, por lo que tuvimos que empezar a reducir considerablemente la marcha.Afrontamos lentamente esta bonita travesía por la angosta garganta que da entrada al valle, disfrutando de las hermosas vistas que a ambos lados del camino nos brindaban estas espectaculares sierras, presentándonos sus colosales pedrizas de color verde-turquesa que adornaban las laderas, junto a los tupidos encinares que configuraban las partes más pobladas.
Proseguimos nuestro camino, abriéndose cada vez más el valle y brindándonos algún pequeño pero divertido vadeo entre los múltiples arroyos que caen desde ambas vertientes. Empiezan a aparecer zonas adehesadas de encinas, normalmente valladas al tratarse de fincas privadas de interés cinegético. Estamos en un lugar privilegiado para la observación de la fauna, corzo o ciervo fundamentalmente, por lo que transitamos muy despacio para no perder la oportunidad de descubrir algún animal pastando en las dehesas. Y así fue, conseguimos observar en esta zona un corzo por unos instantes, hasta que percatándose de nuestra presencia, trotó velozmente monte arriba.
Tras este avistamiento, suficiente para satisfacernos de momento, agilizamos la marcha flanqueados ahora por extensas parcelas de terreno adehesado, muy bonitas, hasta que llegamos a las inmediaciones de la famosa finca de Los Quintos de Mora. Rodeamos dicha finca en la que pudimos constatar las importantes medidas de seguridad y la vigilancia que existe alrededor de esta finca, dado su carácter y uso gubernamental.
Tomamos ahora un camino que parte desde las inmediaciones de finca en dirección a la pedanía de El Molinillo. Este tramo de camino rompe bastante el tipo de paisaje que traíamos hasta el momento, ya que discurre por una zona adehesada de pinos, que no hace mucho tiempo fuera un poblado pinar, del que deliberadamente se han llevado a cabo importantes talas. No obstante se trata de un sitio de singular belleza. Se trata del paraje denominado “Montes de Mora”.
Y por aquí proseguimos hasta alcanzar la “Casa de Bermú”, lugar donde acaba este pinar adehesado, y donde aprovechamos para efectuar una nueva parada y disfrutar de las bonitas vistas que desde esta zona disponíamos sobre el Embalse de la Torre de Abraham.
Continuamos la ruta tomando el camino de El Molinillo. El paisaje cambia de nuevo; estamos en una zona típica de raña, abriéndose hacia el sur amplísimas dehesas con hermosos ejemplares de encina, contundentemente podados en algunos casos. La pista está en buen estado y se presenta flanqueada de bonitas jaras en flor. Se salpican a ambos lado del camino numerosos puestos de espera de caza, y también podemos observar a ambos lado de la pista las charcas donde los jabalís bajan a retozar. Existen así mismo numerosos charcos y barrizales que propician momentos divertidos a la conducción.
Ya muy cerca de El Molinillo efectuamos una nueva parada en un lugar privilegiado para la observación de fauna, a pie de una valla que limita el acceso a una grandísima dehesa. Paramos aquí puesto que Juan Félix había encontrado en ocasiones anteriores numerosos restos de cuernos de ciervo. Tras permanecer unos momentos atentos, pudimos disfrutar de la observación de varias manadas de decenas de ejemplares de corzos y ciervos que transitaban por la dehesa, y que en la lejanía se asomaban a observarnos atentamente, para continuar con paso ligero a algún lugar donde se sintieran más protegidos.
Y tras esta interesante experiencia, retomamos el camino llegando ya inmediatamente a El Molinillo, donde dimos por concluida esta interesante ruta dando buena cuenta de unas suculentas carnes en el Restaurante “El Mirador del Molinillo”, poniendo así un inmejorable final a esta excepcional excursión.
Ficha técnica de la ruta y descarga de track en Wikiloc:
1 comentario:
El Club Subaru Todocamino está organizando una concentración en Toledo entre los días 4 y 6 de Diciembre y buscan rutas 4x4 en la zona:
http://clubsubarutodocamino.com/xn/detail/1356688:Event:151911?xg_source=activity
Cualquier sugerencia será bienvenida.
Si desea prestar su ayuda y/o unirse al evento puede consultar en el enlace de arriba o dirigirse al e-mail adyr4@adyr.net
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