Castillo de Mascaraque, Toledo.
Este Domingo, 1 de Junio de 2008 hemos aprovechado para alternar nuestra afición favorita, geocaching, con esta peculiar ruta cultural. Habíamos quedado en vernos a las 9:30h en el Castillo de Almonacid de Toledo. La primera referencia histórica que se tiene de este castillo data del año 848 como fortaleza árabe y, más tarde, pasó a manos del rey Alfonso VI como parte de la dote de la princesa Zaida.
Ya estaba presente la mayor parte del grupo a mi llegada (Antonio, Noemí, Marino, Silvia, Rubén, Laura, Jose, JuanMa y Noelia), a falta sólo de Fernando, Concha, Pablo y Dayana. Hacía ya algún tiempo que no nos veíamos y se sucedían constantemente las bromas y conversaciones.
A los pocos minutos terminaron de llegar el resto de integrantes de la expedición, y empezamos a buscar el primero de los caches de la jornada, un tanto dificultoso por la hostilidad del entorno para la señal GPS. Una vez localizado, hicimos una breve visita al interior de esta impresionante fortaleza, destacando los aljibes en buen estado de conservación y los restos de sus importantes torreones y colosales paredes internas que a duras penas se mantienen en pie.
Tras la visita al excepcional emplazamiento del Castillo de Almonacid, continuamos nuestra Ruta de los Castillos del Sur de Toledo parando ahora en la localidad de Mascaraque. Este Castillo, a pesar de ser de propiedad privada en la actualidad, a diferencia de otros muchos está acondicionado como vivienda, por lo cual su estado de conservación y cuidado es exquisito, destacando del mismo el bonito jardín que lo rodea, decorado con gran gusto.
El Castillo de Mascaraque se data en el S.XIV, y considerado como perteneciente a la familia Padilla, aunque no se sabe si a la del famoso comunero o a la de algún vecino del pueblo llamado así. Fue construido como enlace entre los castillos de Almonacid y Mora, ambos mucho más importantes y fuertes que éste.
La búsqueda se hizo más larga de lo esperado ya que el grupo venía con unas expectativas muy altas de homenajearse contundentemente y por tanto les costaba mantener la atención en el juego, a favor del disfrute, las bromas y la charla conjunta, que por otra parte, es lo mejor que puede pasar. Fue aquí cuando Wendolyn comenzó a tomar las riendas del asunto, demostrando maneras.
Después de visitar el Castillo de Mascaraque proseguimos nuestra ruta hacia la localidad de Mora de Toledo. La visita mereció mucho la pena, especialmente por la celebración de una concentración de "tunning" en el parque sito en punto inicial del cache.
Pudimos disfrutar mucho de este espectáculo dado que los vehículos expuestos estaban dotados de una personalización de muy buen gusto en general, y algunos de ellos ostentaban un equipamiento musical que bienpudiera medirse en número de watios con los de cualquier discoteca de medio tamaño.
Tras pasar un buen rato disfrutando de este espectáculo proseguimos visitando los puntos intermedios situados en el centro de la localidad, necesarios para llegar a la ubicación final del cache.
Este cache se encuentra finalmente localizado en el espectacular Castillo de Peñas Negras. Este emplazamiento es absolutamente soberbio, ya que las murallas de la fortaleza aparentar crecer como prolongación natural de las escarpadas peñas sobre las cuales se asienta, en lo alto de la llamada Sierra del Castillo, un mirador sin igual tanto al llano Manchego, como a las primeras estribaciones de los Montes de Toledo.
Fue construido en el siglo XII por orden de Alfonso VII, sirviendo de inexpugnable enclave en las luchas de las milicias toledanas lideradas por Munio Alfonso contra las hordas almorávides.Tras disfrutar del singular paraje del Castillo de Peñas Negras, pusimos rumbo a la localidad de Orgaz para visitar El Castillo de Los Condes de Orgaz, edificación acondicionada y de carácter privado en un excepcional estado de conservación. Se trata de una fortaleza medieval construida en el siglo XIV por orden de Don Pérez Guzmán, Conde de Orgaz, sobre otra edificación del siglo XII, y reformada en el siglo XV.
Leímos la placa informativa y proseguimos hacia la pequeña pedanía de Arisgotas, donde visitamos los puntos de interés de la localidad, la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción y el Museo de Arte Visigodo, completando expeditivamente las estaciones intermedias.
Una pena encontrar el Museo cerrado, ya que a pesar de ser muy pequeñito, la visita merece la pena para disfrutar de los curiosos relieves de motivos Visigodos tallados en la colección de piedras expuestas.
Con la coordenada final calculada, pusimos rumbo al cercano yacimiento arqueológico visigótico del Monasterio de Los Hitos, visita de extraordinario interés, destacando los inquietantes enterramientos ubicados en este conjunto. Como resultado de las excavaciones llevadas a cabo en los años 70 por el arqueólogo Balmaseda Muncharaz, y pese al deterioro de los perfiles y a la vegetación, se distingue fácilmente la nave de una pequeña iglesia datada por su excavador en el siglo VII de nuestra era, y que podría formar parte de un amplio complejo monacal visigodo. También se pueden ver diversos enterramientos del tipo conocido como "cistas" a base de lajas de pizarra, que han perdido la cubierta, destacando entre todos un sarcófago antropomorfo tallado en un solo bloque de mármol.
Comenzó a chispear ligeramente, puesto que sin más dilación y una vez firmado el libro de registros del cache, proseguimos nuestra marcha en pos del cache sito en las inmediaciones del Castillo de Manzaneque.Efectuamos la aproximación a Manzaneque desde Orgaz, por una pista de arena en buen estado general, ya que el itinerario por carretera da algún rodeo innecesario. Aparcamos en el lugar recomendado, muy cerca del Castillo, por lo cual nos acercamos rápidamente para resolver la incógnita planteada. Esta edificación, actual sede del Ayuntamiento de la localidad es una fortaleza pequeña pero que causa una gran impresión por su robusto aspecto.
El Castillo de Manzaneque fue construido el siglo XV por Don Íñigo de Ávalos. De éste pasó a Don Álvarez de Toledo, secretario de los Reyes Católicos, y posteriormente a los Condes de Cedillo, que acabaron por abandonarlo.Tras tomar el dato, marchamos a dar buena cuenta del cordero asado que teníamos encargado, de las suculentas carnes, y del resto de apetitosas y muy provechosas viandas con las que el numeroso grupo, incrementado eventualmente por los simpáticos amigos jienenses de Lareval, se homenajeó con rotundidad, contundencia, intensidad, y devoción. Obviamente, después del festín, y después de haber visto lo que hay que ver, lo único que importaba con respecto a la posición final delcache es que no estuviese muy alejada de los coches, y como así se trataba, pues cerramos de manera absolutamente satisfactoria e inmejorable la visita a este emplazamiento.
Tras la visita a Manzaneque pusimos rumbo en dirección a Yébenes para buscar la N-401 y continuar por ella hasta el área recreativa "El Rinconcillo", emplazada a los pies del Castillo de Las Guadalerzas.
Aparcamos aquí y cruzamos la valla que da acceso al camino que nos lleva sin mayores problemas al pequeño cerro sobre el que se levanta este castillo. Se trata del llamado Castillo Cristiano, pues el emplazamiento original fue árabe, y se hallaba en zonas más bajas, junto al río, en una zona menos favorable para la defensa, de ahí que tras su conquista los cristianos decidieran mover el emplazamiento a la posición actual. Fue cedido por Alfonso VI para que se empleara como hospital de las órdenes militares presentes en la zona. Durante los siglos XV y XVI se levantaron torres cilíndricas en sus ángulos y sufrió algunas modificaciones y en tiempos de Felipe II fue convertido en colegio para las doncellas nobles. Aún hoy, conserva prácticamente intacto su almenaje.
El paseo hasta la fortaleza discurre por un camino público que atraviesa una finca privada. Se trata de un recorrido muy bonito y agradable, por un paraje que rompe el típico paisaje manchego a favor de verdes y frescas zonas de pasto en la ribera del río Bracea, y de bonito sotobosque y bosque mediterráneo en las laderas de estas pequeñas colinas de los Montes de Toledo.
Los chicos encontraron sin problema el cache y disfrutamos de un rato muy agradable en aquel entorno privilegiado. Regresamos a los coches compartiendo amena charla en este precioso paseo que nos dejó la luminosa tarde de junio.
Cerramos la Ruta de los Castillos del Sur de Toledo con la visita al impresionante Cerro Calderico, crestería típica manchega, única en su clase, donde se levanta esta imponente fortaleza cargada de historia y leyenda fielmente acompañada por casi una docena de molinos de viento tradicionales manchegos en excelente estado de conservación, gracias a las sucesivas restauraciones que se han puesto en práctica en las últimas décadas, actuando tanto en el castillocomo en los molinos, pero que no han podido evitar que se perdieran para siempre algunos de estos singulares artefactos.
Aún recuerdo mi primera visita a esta zona, cuando ni siquiera existía carretera de subida al cerro, un cerro coronado por siniestros esqueletos blancuzcos rodeando a una masa informe de piedras. En esa época todavía era relativamente sencillo encontrar puntas de flecha o restos de culatas de ballesta debajo de cualquier piedra, para gran regocijo de los expoliadores del patrimonio, todo ello fruto de la profunda decadencia y desinterés cultural generalizado en el que ha estado sumido España hasta el último cuarto del S.XX.
El emplazamiento tiene raices celtíberas, romanas y vigóticas, pero posiblemente la primera reconstrucción de castillo la realizara Almanzor en el siglo X, en pleno dominio musulmán de estas comarcas. Dada la importancia estratégica de esta plaza fue sucesivamente conquistada y reconquistada por moros y cristianos. El castillo fue definitivamente recuperado por los cristianos a mediados del siglo XII, y reconstruido por los Caballeros Hospitalarios entre ese siglo y el siguiente, y donado finalmente a la Orden de San Juan por Alfonso VII en el 1183.
Recomiendo visitar el Molino Bolero, sede de la oficina de turismo, donde se puede observar su maquinaria en excelente estado de conservación. El Castillo también puede visitarse por un módico precio, que merece la pena por el excelente trabajo de recuperación que se ha llevado a cabo. Interesante visita e inmejorable final para esta intensa jornada histórico-artística, gastronómica y de geocaching, hábilmente preparada por los chicos de Foroware.com (http://www.foroware.com/).
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Para más información:
1 comentario:
Hola Juande.
He visto tu artículo sobre los castillos de Toledo.
Si volvéis a pasar por Mascaraque me mandas un e-mail, lo hablamos y gustosamente, atendiendo a las leyes de la hospitalidad, os enseñaré el castillo.
Atentamente, Jose Manuel
PD.: e-mail: maruxaber@hotmail.es
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