sábado, 1 de agosto de 2009

Vacaciones en Rumania (V) - Entorno de Brasov, Bran y el Castillo de Drácula

Comenzamos nuestra segunda jornada en los Cárpatos visitando el impresionante mirador que se alza sobre la ciudad, al cual se accede tras un corto trayecto en teleférico.


Ya desde la base inferior del teleférico se puede disfrutar de una buena vista hacia la muralla y el casco viejo de Brasov.


Una vez alcanzada la parte superior, habremos de recorrer un corto sendero que nos llevará muy cerca del singular y gigantesco cartel “BRASOV”, donde hay habilitado un mirador que nos depara unas vistas excepcionales a toda la ciudad y su entorno.


Terminada la visita al mirador, nos pusimos en marcha hacia la localidad de Bran, famosa por el Castillo que tradicionalmente se vincula con Drácula, el príncipe Vlad el Empalador.

En el camino hacia Bran tuvimos ocasión de pasar por Poina Brasov, una bonita estación invernal a 12kms de Brasov, de muy renovadas infraestructuras y oferta hostelera, sita en un enclave de excepcional belleza.

Llegamos a Bran poco antes de las 12:00h de este Sábado 1 de Agosto de 2009. Tras aparcar el coche en un parking muy céntrico, ya vislumbramos la silueta del bonito castillo cuya estampa preside todas las panorámicas de la población.

En las inmediaciones del castillo, las calles están repletas a un lado y otro con numerosos comercios donde es posible adquirir algunos recuerdos o productos típicos de la zona, incluyendo pieles, ropas, cerámicas, quesos ahumados, o las omnipresentes mazorcas de maíz cocido.

Accedimos al Castillo tras esperar una pequeña cola que avanzaba con velocidad. Pronto llegamos a las pequeñas escalinatas que dan acceso al edificio. Esta entrada si que evoca ciertos aires "Draculescos".

Las estancias e interiores se conservan en muy buen estado, alternado los elementos decorativos originales, con paneles informativos. Los patios interiores y balconadas ofrecen las vistas más bonitas y singulares del castillo.

Y tras la visita a este peculiar enclave, pusimos rumbo de nuevo a Constanza. Esta vez evitamos el paso por Bucarest utilizando carreteras nacionales alternativas a la autovía, consiguiendo hacer el viaje de vuelta en poco más de 5 horas, dos menos que las que empleamos en la ida.

Ya sólo nos quedaba una jornada para finalizar nuestra estancia en Rumanía que dedicamos a descansar y a disfrutar de la extraordinaria playa de Mamaia.

Para más información:

http://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Bran

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