miércoles, 30 de julio de 2008

De Vacaciones a Eslovenia (Día 1): Venecia

Eslovenia es un pequeño país que nació como resultado de su independización de la antigua Yugoslavia, y que justifica su identidad con una cultura, lengua e historia muy propias. Encajonado entre Italia, Austria, Hungría y Croacia, su variada naturaleza y orografía se extiende desde los más fascinantes paisajes Alpinos y por colosales formaciones Cársticas hasta llegar tímidamente al mar. No en vano su limitada línea costera, que discurre definiendo el norte de la Península de Istria, alberga algunas poblaciones, como Pirán, Koper o Portoroz, que han ganado a pulso el reconocimiento de auténticas joyas del Adriático.

Eslovenia es el destino que hemos elegido como plato fuerte para las vacaciones que hemos tenido el placer de compartir Raquel, David, Manín, Juan Carlos, Luis y yo. Aterrizamos en el Aeropuerto Marco Polo de Venecia en torno a las 12:15h del Miércoles, 30 de Julio de 2008, y sin ningún contratiempo, rápidamente nos dirigimos a las oficinas de Maggiore a recoger el automóvil de alquiler (FIAT Ulysse) que nos iba a servir de transporte durante todo nuestro periplo por estos lugares.

La primera parada obligada era la propia ciudad de Venecia, la ciudad de los canales y capital de la región italiana del Veneto, a la que llegamos tras un bonito y corto trayecto desde el aeropuerto, del que destaca la travesía por el famoso y larguísimo Puente de la Libertad, acceso principal a la isla donde se asienta la ciudad, dejándonos en la Piazzale Roma.

Aparcamos en uno de los parking públicos sitos en esta entrada de la ciudad, tarea que no fue fácil dado el numeroso discurrir de vehículos y turistas que visitaban Venecia, pero al obtener una plaza en la última planta superior del aparcamiento (8ª), pudimos empezar a disfrutar desde aquí de una espectacular vista sobre la ciudad.


Nos pusimos a caminar y muy pronto encontramos la esencia de la ciudad; los primeros canales, transitados por góndolas y todos tipo de embarcaciones con y sin motor. A medida que nos adentrábamos en la ciudad las calles se estrechaban, comenzaban a aparecer los primeros edificios históricos, y así mismo las fachadas iban tornándose de un matiz vetusto y desvencijado. No tardamos mucho en parar a almorzar en un restaurante bastante correcto, todavía un poco alejado del centro, donde dimos buena cuenta de unas pizzas bastante correctas, y donde pudimos degustar el famoso licor de regaliz, licoriza.

Continuamos nuestra marcha, bajo un intensísimo calor, adentrándonos por el casco viejo de la ciudad, un auténtico entramado de estrechísimas callejuelas que de vez en cuando desembocan en algún pequeño puente para cruzar un canal, y que en otras ocasiones, espontáneamente, se abren en forma de pequeñas placetuelas. Orientarse en este tramado de callejones y canales es extraordinariamente difícil, de no ser por la presencia de los llamativos carteles amarillos que indican el camino a tomar, bien hacia la zona del Puente de Rialto, y hacia la Plaza de San Marcos.

Tras una apreciable caminata alcanzamos la zona de Puente de Rialto, el más antiguo de los tres puentes que cruzan el Gran Canal de Venecia (finales del s.XVI, aunque el primer proyecto es del s.XII). Se trata de una zona muy concurrida, con numerosos restaurantes y comercios tanto en el propio puente como a ambos lados del gran canal, por el cual existe un intenso tráfico de góndolas, botes de transporte público y todo tipo de embarcaciones.

Se asoman al gran canal numerosos edificios históricos, y mientras cruzamos el Puente de Rialto, podemos disfrutar de unas excepcionales vistas a un entorno urbano tan singular e irrepetible como el de Venecia.

Proseguimos la marcha y tras unos minutos de paseo entre la muchedumbre y bajo un calor cada vez más sofocante, alcanzamos finalmente la famosa Plaza de San Marcos, probablemente el principal punto de interés turístico de la ciudad. La visita a este lugar impresiona por sus notables dimensiones, amplitud y belleza de sus edificaciones. Entramos a la plaza por el arco de la Torre del Reloj (s. XV). Define la plaza una impresionante columnata rectangular, presidida por la Basílica de San Marcos (s. IX), obra maestra de arte bizantino.

Frente a la Basílica, la Torre del Campanario de San Marcos (s.XVI, reconstruida en el s.XX), vistoso y más alto de los edificios de la plaza, con 98,6 metros de altura, y con llamativos leones y la representación femenina de Venecia grabadas en cada una de sus caras.

Y abriéndose hacia el Gran Canal, el Palacio Ducal, símbolo de la gloria y poder de Venecia (s.XV), que nos deja para el recuerdo una fabulosa sucesión de columnas y arquerías de excepcional belleza.

Con la vista a la Plaza de San Marcos dimos por concluida nuestra visita a la ciudad, por lo que iniciamos el retorno a la Piazzale Roma para recoger nuestro vehículo del parking y poder continuar así nuestro viaje. Quedaban por recorrer unos 190km desde Venecia hasta Portoroz, en Eslovenia, lugar donde nos alojaríamos en nuestras vacaciones. Aprovechamos nuestro paso por Trieste para detenernos a descansar en un mirador que nos propicio una bella vista de esta importante ciudad portuaria, ya muy entrada la tarde (pasaban las 20:00h).

La salida de Trieste para dirigirnos primero a Koper y desde allí a Portoroz, fue bastante accidentada debido a las obras que se estaban llevando a cabo en un entramado de carreteras y autovías con una señalización, en algunos casos deficiente, y en otros inexistente.

Es por ello que alcanzamos Koper dando un rodeo bastante considerable, aunque nos sirvió para conocer el precioso entorno rural italiano de esta zona, de gran similitud a España, con pequeñas poblaciones pero muy animadas, como Trebiciano, Padriciano, San Giuseppe della Chiusa o Basovizza.

Finalmente, y tras cruzar un antiguo paso fronterizo abandonado (dado la pertenencia de Eslovenia a la Unión Europea), nos adentramos en territorio Esloveno, ya bien entrada la noche, y tras dejar atrás Koper, Izola y Piran por una bonita carretera que discurre casi al mismo borde del Mar Adriático, llegamos finalmente a Portoroz, ciudad que nos sorprendió al primer golpe de vista por sus excelentes infraestructuras hoteleras y de ocio, la variedad de restaurantes, heladerías, comercios y por el extraordinario ambiente nocturno que reinaba en aquel momento en la ciudad.

(Continuará...)

No hay comentarios: