jueves, 1 de mayo de 2008

"Bermuda Triangle Expedition" en el Pirineo de Girona

Durante el puente de Mayo hemos disfrutado de una inolvidable estancia en Camprodón y su inigualable entorno natural, enmarcado en pleno Pirineo de Girona, donde hemos disfrutado de las intentas experiencias y emociones que nos ha propiciado la “Bermuda Triangle Expedition”; actividad de Geocaching-Aventura brillantemente organizada nuestro amigo Joaquim (Xaubet).

La serie “Bermuda Triangle” es una interesante colección de caches inspirada en los más famosos siniestros y desapariciones acaecidos en el célebre Triángulo de Las Bermudas. Estos caches se encuentran dispersos geográficamente en el entorno de Camprodón, Girona, formando un triángulo prácticamente perfecto.

Esta colección de caches fue objeto hace unos meses de un exitoso evento oficial de Geocaching. Estos días hemos aprovechado la invitación del autor de esta brillante trama, Xaubet, para reproducir la experiencia a una escala un poco más reducida, en la que he participado junto a Antonio y Noemí (Cherokee y Nahane); Oniram y Aivlis (Marino y Silvia), Fernando (Ratone), Concha, Pablo, y Jose (Hagall), por parte de la “delegación” madrileña, así como un numeroso grupo de compañeros de juego de Cataluña Joaquim y familia (Xaubet), Cal_Sabadell, Malu57, Jordi, Tipi100, Noedavne y Ciberaid.

Salíamos el 1 de Mayo de 2008, a las 9:30h de la mañana desde Alcobendas Jose (Hagall), Fernando (Ratone), Concha, el pequeño Pablo y yo tras efectuar las últimas recolocaciones y apretones al equipaje en el maletero del coche de Fernando, y nos pusimos en marcha tomando la R2 para evitar posibles atascos en la salida de Madrid.

El viaje iba a ser largo e intentaríamos amenizarlo al máximo aprovechando para visitar aquellos caches que se presentaran de manera favorable en la ruta. El primero de ellos fue el ubicado en el Toro de Osborne del p.k. 116 de la A2, donde así mismo aprovechamos para repostar en la cercana estación de servicio, y estirar un poco las piernas antes de continuar el viaje.

Nuestra segunda parada técnica para descansar y reponer fuerzas fue en el interesante pueblo de La Muela, población situada en medio de un espectacular parque eólico. Tras reponer fuerzas sentados en una agradable terracita a base de las generosas viandas aprovisionadas para el viaje, completamos rápidamente las estaciones intermedias del cache “Con el viento a favor”, y tras un breve trayecto en 4x4 por las pistas del parque eólico llegamos sin problemas a la ubicación final del escondite. Un lugar muy bonito con vistas espectaculares al parque eólico y a la desértica zona de los Monegros.

Desde allí proseguimos el viaje por estas pistas de la comarca de Los Monegros para evitar el monumental atasco que se había formado en las inmediaciones de Zaragoza, según nos informaba el resto de la expedición, que se hallaba unos kilómetros por delante. Pronto recuperamos la autovía y proseguimos de manera normal el viaje, sobrepasando deliberadamente algunos caches que vendrían más a mano a la vuelta.

Circulábamos charlando agradablemente cuando saltó el testigo de batería baja en el salpicadero del vehículo. A los pocos segundos Fernando percibió que la temperatura del vehículo estaba al máximo y paramos rápidamente. Inmediatamente identificamos la rotura de la correa del alternador. Tras unos minutos de parada y refrigerado el motor, pudimos continuar en marcha de emergencia durante aproximadamente un par de kilómetros hasta alcanzar un área de descanso. Tras unas llamadas telefónicas determinamos que iba a resultar muy difícil reparar el vehículo ese mismo día, por lo que avisamos los servicios de asistencia, que llevaron en grúa el vehículo a la población de Bujaraloz, a la espera de conseguir a la mañana siguiente una nueva correa y poder continuar el viaje. Así pues me quedé acompañando a Fernando, mientras que Concha, Pablo y Jose continuaron hacia Camprodón en el taxi proporcionado por la compañía de seguros.

Nos acomodamos en un correcto hostal de carretera, muy cercano al mismo taller donde repararíamos el vehículo a la mañana siguiente, y en que también concurrían un par de vehículos averiados en ruta, al igual que nosotros. Tras dar algún paseo por la localidad y cenar de manera correcta en uno de estos establecimientos sitos en el área de servicio junto a la carretera nos fuimos a descansar para aprovechar al máximo el día venidero.

Así pues, madrugamos bastante y bajamos al taller donde confirmaron la existencia de una correa de repuesto en Zaragoza, por lo que nos acercamos inmediatamente a recogerla en taxi, y una vez de vuelta, en poco menos de media hora ya teníamos el vehículo reparado, pudiendo por tanto continuar nuestro camino, poco antes de las 12:00h del medio día.

La verdad que estábamos tardando más de lo previsto, y llegada la hora de comer nos encontrábamos en las inmediaciones de Ripoll. Hicimos una parada de descanso en un restaurante de carretera pero no nos convenció demasiado, por lo que Fernando propuso desviarnos unos kilómetros a la localidad de Gombrèn, donde podríamos aprovechar para visitar el Santuario de Montgrony, donde además de disfrutar de la extraordinaria belleza del lugar podríamos comer en términos inigualables de relación calidad / precio.

La visita mereció mucho la pena por la belleza de este enclave, y el exquisito almuerzo que nos propiciamos, a base de una exquisita ensalada, butifarra con mogetes, cordero asado, y solomillo de ternera, todo ello no mucho más caro que un rutinario menú del día en Madrid.

Llegamos a nuestro destino, el Camping Vall de Camprodón poco antes de las 18:00h, donde nos esperaban Concha y Pablo. El resto de los chicos estaban dando un paseo por Camprodón tras acabar la primera jornada del Bermuda Triangle.

Así pues, tras acomodar el equipaje en el coqueto y cuidado bungalow, nos dirigimos a buscar al resto del grupo, encontramos finalmente en lo alto de bonito puente que preside el centro de la localidad.
Dimos un breve paseo guiado por Xaubet para tomar contacto con las calles de mayor actividad, reparando en algunos detalles curiosos, como las marcas en algunas fachadas, conmemorativas del nivel alcanzado por el agua en algunas de las trágicas inundaciones que asolaron la ciudad, la última de ellas en los años 40.

Y tras este breve y agradable paseo de toma de contacto con Camprodón regresamos al camping para prepararnos a disfrutar de la cena que Xaubet y familia nos iban a obsequiar a los integrantes de esta segunda edición del Bermuda Triangle.

Preparamos algunos complementos para la cena (queso, vino, etc…) y nos dirigimos a la bonita tienda permanente que Xaubet tiene habilitada en el camping, y pronto comenzaron a llegar el resto de compañeros catalanes con los que íbamos a compartir velada, Cal_Sabadell, Noedavne, Ciberaid, etc… entablándose una amena conversación.

La cena resultó impresionante, a base de una exquisita escudella amb galets de primero, que cocía en un espectacular caldero, y de butifarra amb mongetes de segundo. No nos cansaremos de agradecer a Carmen, Xaubet y familia la inolvidable velada que nos brindaron a los componentes de la expedición Bermuda Triangle.

Finalizado el festín, e inmersos en una apasionante conversación sobre geocaching, no pudimos resistir la tentación de secundar la atrevida propuesta del Maestro de Maestros para visitar el cache de la Ermita de San Antonio, ya bien entrada la noche.

Embriagados de entusiasmo, cogimos los vehículos y efectuamos la aproximación en un apasionante e inolvidable recorrido 4x4 nocturno para finalizar a pie los últimos metros hasta el cache.

Tras las preceptivas firmas, terminamos de disfrutar esta bonita, apacible y agradable noche desde el espectacular emplazamiento de la ermita. El paseo nocturno nos vino muy bien, para caer en la cama rendidos después de una jornada tan apasionante e intensa.


Habíamos quedado en torno a la 10:00h de la mañana a la salida del camping para afrontar una nueva jornada del Bermuda Triangle.

Finalmente partimos pasadas las 10:30h de la mañana y rápidamente tomamos la pista de hormigón que sale a la izquierda de la carretera unos metros más adelante, tras abandonar el camping en dirección a Camprodón.

Esta pista gana altura ascendiendo contundentemente por la vertiente sur de la Serra Cavallera hasta la media altura de esta falda, donde ya se hace más adherente a las curvas de nivel.

Nos aproximamos en coche a muy pocos metros del primer cache de la jornada, “El Rosalie”, completando a pie los últimos metros teniendo que superar una pequeña vaguada donde corre un bonito arroyo. La zona nos ofrece unas vistas soberbias.
Pusimos luego rumbo al cache de “El Mary Celeste”, itinerario que nos dejará para el recuerdo una bonita ruta off-road muy completa, con roderas, vadeos, grandes pendientes, zonas rotas y todo tipo de divertidos obstáculos, a medida que nos adentrábamos con decisión en el profundo valle formado entre las Sierras de la Cavallera y la del Pla de la Guaitada, por donde discurren con brío varios arroyos tributarios del Río Ter.

Tras la visita y firma en el cache, fuimos a ver y disfrutar un espectacular salto de agua sito a muy pocos metros, donde tuvimos la oportunidad de tomar alguna bonita foto y divertirnos vadeando el arroyo para llegar a la posición más indicada para obtener la mejor vista de la cascada. Un cache espectacular, en línea con todos los planteados.


Retornamos en ruta off-road desde el cache Mary Celeste, esta vez en sentido ascendente, y una vez retomamos la pista de hormigón pusimos rumbo al Collado del Burgarès, donde aparcamos en las inmediaciones de las antenas de telecomunicaciones emplazadas en este lugar.

Existen aquí unas praderas de ensueño donde disfrutar de unas vistas extraordinarias de todo el entorno. Aprovechamos este plácido y agradable lugar para hacer un descanso y reponer fuerzas disfrutando del día brillante y soleado que nos acompañaba.

Una vez acabamos el picnic, nos pusimos de nuevo en marcha no sin cierta pereza por lo agradable del momento, para dirigirnos ya a pie hacia el enigmático cache "El Atlanta", el cual localizamos a los pocos minutos de marcha por su cercanía, y sin plantearnos mayores problemas, por lo que inmediatamente pudimos continuar de camino hacia el último cache de la serie.

El tramo que separa "El Atlanta" del cache "El Olvido" es corto en distancia pero obliga a superar un desnivel relevante, llevándonos a lo alto de una pequeña loma que sobresale de la falda de la Serra Cavallera.

El paseo discurre por un entorno natural sin par, en el que tan sólo se presenta alguna dificultad a la hora de rebasar las alambradas electrificadas para el cerco del ganado.

Por lo demás cada cual subió a su ritmo quedando el grupo notablemente disperso avanzando por estos bonitos prados sobre los que se alzaban las contundentes alturas de la cuerda de la Serra Cavallera. Una vez todos sobre la loma, y encontrado el último cache de la Bermuda Triangle Expedition, nos hicimos algunas fotos de grupo para rememorar tan magnífico evento.

El regreso fue un poco accidentado para Ratone, Hagall y para mi. Perdimos mucha altura en muy poco tiempo y cuando nos dimos cuenta quedamos enriscados en medio de una profunda vaguada, por lo cual nuestra única opción fue seguir bajando para llegar a la carretera.

Encontramos una senda que nos facilitó las cosas, probablemente un viejo camino de carretas, el cual nos dejó en el mismo fondo de la vaguada, justo en el arroyo que por allí discurría. Como la carretera se hallaba a unos 250 metros siguiendo el curso del arroyo, decidimos acompañarlo para evitar perdernos, aunque fue absolutamente imposible caminar por sus márgenes debido la frondosa vegetación y lo accidentado de su geología. Por tanto la única alternativa que nos quedó para avanzar fue caminar por el medio de la corriente de agua hasta alcanzar la carretera. Inquietante pero divertido final, e inolvidable experiencia. Gracias de nuevo a Xaubet por venir a rescatarnos.

Y tras este cache finalizó la aventura “Bermuda Triangle”, por lo que regresamos al camping para asearnos, cambiarnos de ropa, y dirigirnos a la vecina localidad de Setcases donde teníamos reservado un restaurante con el que celebrar cenando junto a Xaubet y familia el final de este brillante acontecimiento.

Al día siguiente, Domingo 4 de Mayo, partíamos en torno a las 10:00h. de regreso a Madrid tras nuestra inolvidable estancia en Camprodón. Aprovechamos la cercanía de cache “Plaza 1” a nuestro paso por Zaragoza para hacer una parada de descanso en este bonito parque y firmar en el mini log-book del escondite. Disfrutamos de un radiante día que por temperatura podría ser más veraniego que primaveral.

Nuestra segunda parada fue para visitar el cache del toro de Osborne de la localidad de La Muela, zona que ya tuvimos oportunidad de visitar unos días antes, durante nuestro viaje de ida. Aprovechamos la mejor ocasión que nos brindaba el viaje de regreso para visitar este escondido.

Como nota curiosa a unos metros del mismo se hallaban dos tipos tirándose fotos mutuamente mientras posaban en sugerentes posturas. Elucubramos un buen rato si esta actitud fuera debida a una contundente embriaguez provocada por el desaforado número de pacharanes que pudiera haber propiciado el transcurso de una larguísima partida de mus, o bien, simplemente se trataba de frikismo.
La última parada del viaje de regreso fue para buscar el cache del P.K. 244. La pericia al volante de Fernando nos posicionó muy rápidamente ante el mismo panel del toro, a pesar de la poca evidencia de su acceso. Lo encontramos sin mayores dificultades, disfrutando de unas vistas muy bonitas del lugar.

Y así completamos la apasionante expedición “Bermuda Triangle” que nos ha tenido bien ocupados todo el largo puente de Mayo, y que nos ha dejado con un sensacional sabor de boca, y sobre todo con muchas ganas e intención de repetir una experiencia similar en un futuro, cercano, muy cercano.

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Para más información, visita los foros de Foroware, Aire Libre y tecnología:
http://www.foroware.com/forum/forum_posts.asp?TID=275

Caches de la serie Bermuda Triangle realizados en Camprodón:

El Freya: http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=76a24a73-595c-4987-bf7f-26b2fd84ab4e

El Cyclops: http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=32f41887-cfe7-4693-b5a8-1f2f667de296

El Vuelo 19: http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=7cb6918d-2f70-42ed-ba02-33db5f5c50df

El Rosalie: http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=d4b6dadf-67de-477e-817f-26cc36766408

El Mary Celeste: http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=22053eaa-4c96-457e-9326-893bb24282e0

El Atlanta: http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=201a5354-50f9-48e7-847f-8bf9340732c7

El Olvido: http://www.geocaching.com/seek/cache_details.aspx?guid=f8b3e95a-c287-4448-aa65-a1669f9f1505

1 comentario:

Anónimo dijo...

De nuevo, un estupendo informe sobre unas mini-vacaciones interesantes, con detalle de referencias turísticas y gastronómicas. Gracias Juande.