viernes, 21 de marzo de 2008

De Turleque a La Calderina en ruta Off-Road

Turleque tiene muchas cosas, y muy buenas. Una de ellas es, que tomando el camino que se tome, siempre se alcanzan parajes extraordinarios y singulares de esta zona de La Mancha, que ya se deja salpicar por un sinfín de sierrecillas de las estribaciones de Los Montes de Toledo. Otra de sus cosas buenas, es que siempre puedes encontrar a alguien dispuesto a recorrerlos.
Semana Santa en Turleque da pie, entre otras muchas cosas, a propiciar una buena ocasión para salir por estos campos manchegos en busca de un poco de acción y aventura. Esta vez ha sido Juan Félix el que nos ha propuesto realizar una ruta mixta de motos, quads, y 4x4 desde Turleque hasta Urda (Toledo), para terminar remontando el espectacular cerro de La Calderina, próximo a dicha localidad.

Fuimos todos puntuales en llegar al punto de encuentro, en torno a las 10:30h de la mañana de este Viernes Santo 21 de Marzo de 2008, a excepción de Luis, que padeció una desafortunada indisposición de última hora que le dejó fuera del plan. Desde aquí nos solidarizamos contigo Luis, deseamos tu pronta recuperación, y esperamos poder volver a verte pronto a los mandos del Frontera.

Así pues estábamos Barru y Juan Félix en moto, Fausto y Paco a los mandos de sus respectivos quads, y yo con el Sorento calentando motores cuando llegó Ángel a última hora para incorporarse a la ruta. Dado que Ángel también iría en coche, y que no había desayunado, vimos que lo más adecuado sería que los vehículos ligeros comenzaran la ruta y los coches fueran cubriendo bien la retaguardia.

El café fue muy rápido, por lo que inmediatamente fuimos a despertar a la bestia, el Toyota 4runner preparado con elevación +4 y cubrecarter artesano, y haciendo una breve parada tan sólo para sintonizar los Walkies PMR y ponerme a los mandos del Sorento, tomamos con ritmo vivo y ya con la 4x4 engranada el Camino de Urda.

Marchaba Ángel por delante, y al llegar al desvío donde partía el Camino de Las Guadalerzas nos asaltó la duda de si iríamos por el carril correcto. Así pues a la altura de la Sierra de la Gorra rectificamos el rumbo tomando la pista que sale hacia el Oeste.
Dicha pista no hizo sino devolvernos al camino de Urda unos kilómetros más adelante, casi a la altura de las llamadas Casas de Mencáliz, unas antiguas quinterías en estado ruinoso la mayor parte de ellas.
Seguimos por el Camino de Urda hasta cruzar la Autovía de los Viñedos, y continuamos la marcha dejando a nuestra derecha la llamada Sierra del Aljibe, atravesando sus estribaciones por el llamado paso o Puerto del Espesarejo, adentrándonos aún más en el corazón de estas serranías de las inmediaciones de Consuegra. El camino se hace aquí muy bonito y muy entretenido y rompe la monotonía de las grandes superficies de viñedo y cultivo, más típicas de La Mancha.

Pronto nos encontramos con el cruce con la carretera CM-4054. La cruzamos sin mayor novedad y continuamos por la pista, aproximándonos ahora a la Sierra del Oso, que dejamos a nuestra derecha, e inmediatamente nos empezamos a adentrar en el pequeño valle que forman las Sierras del Espeo y la Sierra Bermeja, paso que abandonamos tras superar el llamado Puerto de Tembleque, y que ya nos deja tras un par de kilómetros de marcha en la localidad de Urda.
Como íbamos mal de tiempo, decidimos efectuar la aproximación final a La Calderina por carretera, así pues desde Urda tomamos la CM-4167, que ya encara en dirección hacia la aguda y vistosa montaña, coronada por multitud de antenas de telefonía, y que se levanta sobre el terreno dejando ya entrever la hermosura de las vistas que su ascensión nos brindaría. Tras 11km de recorrido, llegamos al cruce con la N-401. Aquí efectuamos una pequeña parada para comprobar con la cartografía y verificar la pista por la que tendríamos que salirnos, y sin más, tomamos esta carretera en sentido Toledo, y tras un kilómetro de recorrido, la zona acondicionada de aparcamiento observable a nuestra izquierda, nos indicó el camino a seguir.


La pista que sube hacia La Calderina es amplia y está en buen estado, permitiéndonos avanzar con rapidez, discurriendo por un bonito pinar. Tan sólo los últimos metros se endurecen, especialmente por las tres curvas que giran casi en horquilla, con gran pendiente, y que han sido convenientemente hormigonadas para evitar pérdidas de tracción.
Una vez arriba nos reunimos con el resto del grupo, que ya llevaba un buen rato esperándonos. Desde la cumbre, a 1210 metros de altura, se domina una perspectiva inmejorable, tanto hacia el llano manchego (Urda, Consuegra, Madridejos, Camuñas, etc.) como hacia los Montes de Toledo (Sierra de Los Yébenes, Sierra del Castañar y Pico del Amor, Sierra de San Pablo de Los Montes, etc.), y un bonito paisaje de raña adehesada hacia el Sur del pico.


Pudimos adivinar en la lejanía la silueta del silo de Turleque, pudiéndose ver el pueblo incluso a simple vista, y en perfectas condiciones con prismáticos, así como las muy lejanas desde aquí, pero muy familiares para nosotros, Sierras de La Carbonera (a medio camino entre Turleque y consuegra) y toda la Sierra aledaña a Mora de Toledo, destacando la figura, lejana y distante, del Castillo de Peñas Negras.
Habiendo admirado este singular paisaje, procedimos al descenso para volver a reunirnos en la localidad de Urda. La bajada fue a buen ritmo y dejó varios derrapes peligrosos y espectaculares de los vehículos en las horquillas hormigonadas.

Una vez abajo, tomamos unos metros la pista paralela a la N-401, muy rota y peinada, con grandes socavones que propiciaron algunos botes más importantes de lo deseable. En este tramo Ángel perdió la antena de la emisora y la pasé por encima sin darme cuenta. Una vez vuelta a colocar, cruzamos la N-401 y tomamos, ahora si, una pista en mejor estado hacia Urda. En este punto nos fijamos que Ángel había vuelto a perder la antena, esta vez sin que nos hubiéramos dado cuenta, dándola por tanto por perdida.

La marcha hacia Urda fue vertiginosa, entre 70 y 90 km/h. Las pistas eran anchas y estaban en buenas condiciones, salvo un tramo muy roto donde tuve que bajar la velocidad ya que la suspensión del Sorento, extremadamente blanda, pegaba un numerosos rebotes que dejaban al vehículo sin tracción ni dirección durante algunos instantes, haciendo temeraria la conducción a esta velocidad. Muy pronto llegamos a Urda, destacando como anécdota curiosa el hecho de cruzarnos con unos paisanos paseando en un carrito tirado por un pony, ya muy cerca de la localidad.

Hicimos una breve parada en el Restaurante el Coto para tomar un ligero aperitivo, antes de afrontar el último tramo off-road hasta Turleque. A pesar de que habíamos hablado intentar marchar en grupo compacto y reducir la velocidad, el entusiasmo de los moteros fue desbordante y de nuevo tomamos vertiginosamente las pistas camino de Turleque. Esta vez evitamos pasar por el interior de las Sierras del Oso, Sierra Bermeja y Sierra del Aljibe, para rodearlas tomando rumbo norte, por el llamado Camino de Las Carretas, que discurría por una amplia llanura característica manchega. El ritmo frenético que imponían las motos hizo que el convoy se estirase en más de 1 km de distancia, desde el primero hasta el último, formando una tupida cortina de polvo visible a muchos kilómetros a la redonda.

Tras cruzar de nuevo la Autovía de los Viñedos, tres kilómetros más al Norte que por donde lo hicimos Ángel y yo en el camino de ida, tomamos el Camino de Toledo a Consuegra hasta las Casas de Mencáliz, y desde aquí el Camino de Turleque a Urda, que nos dejaría en Turleque tras unos minutos de marcha un poco más sosegada. Los vehículos ligeros, que al parecer aún no habían tenido bastante acción, decidieron dar un pequeño rodeo antes de entrar en el pueblo.
Terminamos la jornada en el punto de reunión habitual, el Pub Star Trek de Turleque, para una vez finalizada la conducción, poder disfrutar de unas cervezas conveniente acompañadas por sus correspondientes pinchos, diligentemente servidos por nuestros amigos Jose y Araceli.



Ficha técnica de la ruta y descarga de track en Wikiloc:

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