domingo, 7 de diciembre de 2008

Visita al Pueblo Viejo de Belchite y su entorno

El domingo 7 de Diciembre amaneció bastante despejado y moderado en temperatura, sin duda un auténtico regalo que la climatología nos estaba ofreciendo para disfrutar de manera óptima la intensa jornada que habíamos destinado para visitar el pueblo viejo de Belchite y algunas interesantes posiciones del frente de guerra.

Para mejor disfrute de la jornada habíamos concertado cita con un guía de excepción, Jaime Cinca, gran aficionado, estudioso e investigador de los terribles hechos aquí acaecidos, y que nos acompañó durante la mayor parte del día dándonos explicaciones oportunas, precisas y enriquecedoras de todos los emplazamientos que visitamos.

Empezamos la jornada visitando unas posiciones nacionales en el llamado vértice de parapetos, muy cercanos a la famosa localidad de Fuendetodos, lugar donde nació el insigne pintor Francisco de Goya.Se trata de un conjunto de búnkeres y trincheras en buen estado de conservación establecidos para rechazar un posible ataque republicano por carretera hacia Zaragoza. Estas posiciones nunca llegaron a entrar en combate, por lo que el estado de ruina que presentan algunos de los fortines se debió a los años posteriores a la guerra, pues muchas personas los utilizaban para estallar dentro obuses y bombas perdidas y poder recuperar así las espoletas, así como los metales y forjas que constituían el propio bunker; metales de relativo valor cuya venta soponía un flujo de ingresos relevante para muchas familias.

Desde este lugar nos dirigimos a lo alto del llamado Mojón del Lobo, en las inmediaciones de Almonacid de la Cuba, lugar al que accedimos tras una corta pero divertida aproximación en 4x4.

Desde este lugar se domina una soberbia panorámica sobre Belchite y el resto de poblaciones y parajes circundantes, por ello se trató de un punto estratégico importantísimo durante la contienda, cayendo alternativamente de un bando a otro.

En el momento de la batalla de Belchite este punto fue utilizado por el bando republicano para emplazar varias baterías artilleras y bombardear desde aquí la población. Todavía se conservan en el cerro galerías de servicio de la posición, que estuvimos recorriendo ante nuestro asombro y curiosidad. Desde este privilegiado lugar, Jaime nos explicó con todo lujo de detalles como discurrió la batalla, y también nos colocó en la cima del cerro un telémetro, característico binocular utilizado en la guerra civil que nos permitió disfrutar aún mucho más de la vista panorámica de la zona.

Concluida nuestra visita al Mojón del Lobo, nos acercamos finalmente a Belchite, plato fuerte de la jornada. Pronto nos reunimos todos frente al Arco de La Villa, punto de entrada a las ruinas históricas del pueblo viejo de Belchite. Dada que esta entrada estaba siendo rehabilitada para evitar su derrumbe, tuvimos que entrar al pueblo dando un pequeño rodeo.


Pronto accedimos a la Calle Mayor, arteria principal sobre la que se articula el recorrido principal por las ruinas históricas del pueblo. Cabe destacar el estado de total desolación en la que está inmersa la villa, aunque también es preciso aclarar que el estado en el que se encuentra en la actualidad, 100% ruinoso, es debido al transcurso de los años sobre unas edificaciones que no han sido sometidas a mantenimiento o rehabilitación alguna desde el final de la Guerra Civil. Tras la batalla de Belchite, tan sólo el 30% de la villa quedó completamente destruida, y de hecho, la población civil siguió viviendo en el pueblo varios años después de la guerra, hasta la construcción del pueblo nuevo.

El paseo por la Calle Mayor sobrecoge e impresiona. Tras unos metros tomamos un desvío a nuestra izquierda para acercarnos al convento de San Agustín (s.XVIII), en cuyo interior se adivina una exquisita decoración barroca que nos hace pensar en la soberbia belleza que alguna vez debió tener este templo. En su torre se puede observar con total perfección un obús sin estallar hincado entre los ladrillos.
Retomamos la Calle Mayor, para llegar ahora a la Plaza del Ayuntamiento, y un poco más adelante a la Torre del Reloj, una joya del Mudéjar de finales del s.XV que ha tenido que ser recientemente sometida a un proceso de restauración básico para evitar su desplome.
Continuando nuestro paseo, llegamos a la Iglesia de San Martín de Tours, sin duda el edificio más emblemático del pueblo y protagonista habitual de las fotos más características de Belchite. De origen Mudéjar (Dib.) el templo fue evolucionando arquitectónicamente hasta el siglo XIX.

Resulta conmovedora la lectura del poema que podemos encontrar inscrito en la puerta de entrada a la iglesia: "Pueblo viejo de Belchite, ya no te rondan zagales, ya no se oirán las jotas que cantaban nuestros padres.", firmado por N.B. que se según Jaime corresponden a las iniciales de Natalio Baquero, un antiguo vecino de la localidad.

Al lado de la iglesia, el Convento de San Rafael, otra joya arquitectónica del pueblo, amenaza con un derrumbe inexorable.

Y fue aquí donde concluimos nuestra interesantísima visita guiada a las ruinas históricas del pueblo viejo de Belchite, visita que disfrutamos enormemente gracias a las numerosas anécdotas y datos aportados por Jaime, al cual le agradecemos muchísimo su compañía y dedicación, que nos ha propiciado una jornada muy especial e inolvidable.

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