sábado, 25 de octubre de 2008

Un Paseo por Viena

Viena, capital de Austria. Una de las más antiguas, importantes, e influyentes capitales Europeas. Cuenta con un importante patrimonio artístico y cultural. Durante el s.XIX fue una de las grandes capitales musicales del Mundo, y a principios del s.XX, La Meca de la filosofía y del debate político de occidente. La solemnidad de su arquitectura y sus majestuosos y elegantes edificios no restan a la ciudad de un carácter acogedor e íntimo que envuelve al visitante desde un principio, y que le invita a regresar.



He tenido la oportunidad de pasar un extraordinario fin de semana en Viena en compañía de Mirjam, que me ha guiado por unos itenarios por la ciudad realmente interesantes. Comenzamos nuestro paseo por la ciudad, el Sábado, 25 de Octubre de 2008, visitando el Palacio del Belvedere, uno de los palacios más representativos de la suntuosa arquitectura de la ciudad de Viena. El edificio principal también recibe el nombre de Belvedere de Arriba.

Desde aquí se abre la gran explanada rectangular que configura los jardines del Belvedere, un espacio natural gustosamente decorado con figuras de esfinges, héroes y animales mitológicos que se sortean entre cada una de las parcelas exquisitamente trabajadas y cultivadas con variedades botánicas interesantes, que ahora se nos presentaban con el peculiar y bonito aspecto otoñal. Al final de los jardines encontramos otro palacete, el Belvedere de Abajo, de gran belleza también, aunque no tan grande y magno como su homónimo de arriba.

Una vez abandonamos el recinto del Belvedere, llegamos a La Plaza Schwarzenberg o Schwarzenbergplatz, dedicada a este famoso General que derrotó a los ejércitos napoleónicos en la Batalla de las Naciones en Leipzig, 1813. En su honor se erigió la estatua ecuestre que preside la plaza. El General está mirando al impresionante monumento al soldado soviético, conmemorativo de la liberación de la ciudad del nazismo, en la segunda guerra mundial a manos del ejército rojo. Destaca también en esta plaza la presencia del palacete de de la Cámara de Comercio e Industria.


Casi anexa encontramos la Plaza Karlsplatz, donde se levanta la impresionante y bella Iglesia de Karlskirche (Iglesia de San Carlos Borromeo), del s.XVIII, Obra Maestra del eclecticismo Barroco, y que constituye el segundo templo más amplio de la ciudad, después de la catedral.

Tomamos ahora la avenida Linke Wienzeile, a lo largo de la cual se distribuyen los numerosos puestos del mercado principal de la ciudad, abierto de lunes a sábado, ambos inclusive.

Merece la pena dar un paseo por este sorprendente y encantador mercado, donde los puestos al aire libre venden frutas, verduras, hortalizas, carnes, quesos, pescado fresco, y todo tipo de productos tanto austriacos como traídos de todas las partes de Europa, intercalados con pequeñas tabernas donde poder degustar una cerveza o un buen vino entre compra y compra. La parte final del mercado es un rastro en el cual se pueden encontrar antigüedades y objetos curiosos.

Tras tomar un café en una de las agradables y tranquilas cafeterías que podemos encontrar en la ciudad, tomamos el metro para dirigirnos al centro. Primero visitamos la famosa Ópera de Viena, edificio inaugurado en 1868, de suntuosa elegancia y belleza.

Continuamos andando hasta la Plaza de Albertina, donde se encuentra el Museo de Pintura, con interesantes y vastas colecciones. También aquí se encuentra la Oficina de Turismo de Viena. Continuando el paseo, pronto llegamos a Stephansplatz, donde se levanta la imponente y sobrecogedora Catedral de San Esteban.



La Catedral se levanta sobre una primigenia iglesia dedicada a San Esteban en 1137. Sobrevivió a un importante incendio en 1945 que requirió una intensiva restauración. Hoy es un símbolo nacional del país. Aquí se casó Mozart y aquí fue su funeral. Merece la pena visitar su interior, donde frecuentemente se puede disfrutar de los ensayos de coros y grupos líricos, y donde también se pueden visitar sus interesantes catacumbas.

Cerca de la Plaza de San Esteban, es muy recomendable acercarse a la tradicional taberna Trzesniewski para disfrutar tomando una cerveza acompañada por la amplia variedad de tapas, muy características por estar compuestas principalmente de pescado combinados con varias salsas y sabores, que se presentan en variados aspectos y colores.



Y para finalizar este sábado, tomamos un tranvía de recorrido circular para disfrutar de un agradable paseo en este medio de transporte que nos permite descubrir los rincones más íntimos de la ciudad, así como acercarnos a otros, como el Parlamento de Viena, edificio neoclásico al estilo griego. Destaca la impresionante estatua de Palas Atenea o Minerva frente a la fachada, la diosa griega de la paz y el conocimiento.

Sin duda el paseo en tranvía resultó especialmente provechoso para obtener una perspectiva de la ciudad desde muchos de sus numerosos ángulos y perspectivas. El tranvía es probablemente el medio de transporte más popular y de mejor capilaridad para desplazarse por la ciudad.

Y como colofón a este intenso día en la ciudad, nos dirigimos a disfrutar de una buena cena al más puro estilo austriaco a un "Heurigen", el Steinschaden, en la cercana localidad de Grinzing. Este tipo de tabernas-bodega destacan por servir exclusivamente vino de elaboración propia, típicamente de la cosecha del año, para acompañar a carnes de cerdo, ternera y ensaladas típicas austriacas. Se disfruta de una atmósfera muy agradable y acogedora y se puede disfrutar de la simpatía de la gente, dado que es frecuente tener que compartir mesa.

El Domingo, 26 de Octubre, se celebraba la Fiesta Nacional de Austria, Nationalfeiertag, por lo que la ciudad estaba especialmente animada. Nos dirigimos a la famosa Heldenplatz, o Plaza de los Héroes, accediendo primero desde la Plaza de los Museos, donde se encuentran el Museo de Ciencias Naturales frente al Museo de Historia del Arte, ambos edificios de solemne belleza y separados por bonitos jardines donde disfrutaban del soleado día numerosos turistas.



Pronto llegamos a Heldenplatz; construida al estilo de foro romano que el emperador Francisco José mandó construir y no se remató. En la plaza se levanta el impresionante Neue Burg, que significa "Nuevo Palacio" de fachada con ornamentación muy recargada y rica (neobarroca), en forma de hemiciclo, finalizado en 1913. Los planes del Emperador eran cerrar la plaza con otro edificio pero nunca se hizo. Esta plaza tiene algo de la historia más amarga de los vieneses: desde esta plaza Hitler anunció la anexión de Austria al Reich alemán en 1938.



En esta plaza se estaban celebrando algunos de los actos del día de la Fiesta Nacional de Austria, con exhibiciones del ejército y algunos puestos de venta de bebidas y aperitivos. No perdimos la ocasión de probar un buen vaso de "Punch", una bebida caliente a base de vino y licores de frutas, azúcar y canela que se sirve típicamente en los meses de invierno. Es muy parecida a la sangría española, pero para tomar en caliente. Mucha animación y música popular alemana sonando en la plaza, que creaba un ambiente festivo, agradable, y divertido.

Salimos de la Heldenplatz para dar un paseo más tranquilo y agradable por uno de los canales artificiales construidos para aliviar el cauce del Danubio ante crecidas que pudieran provocar inundaciones.

Finalizamos nuestro paseo en el Prater, uno de los parques de atracciones míticos de Europa, y así mismo uno de los más conocidos del mundo. Destaca por su espectacular noria gigante, así como la multitud de encantadoras atracciones de espíritu y aspecto antiguo. El acceso es gratuito y la visita depara una agradable experiencia.


Y así fue como concluyó la inolvidable visita a la ciudad de Viena, en esta tarde otoñal de domingo, tan fría como soleada, que dejara tantos lugares y momentos cotidianos grabados para siempre en el recuerdo.

Para más información:

http://es.wikipedia.org/wiki/Heuriger

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