sábado, 27 de septiembre de 2008

Teruel existe...

La ciudad de Teruel no sólo existe, sino que además se considera la Capital del Mudéjar, y así se lo reconoció la UNESCO en 1986, al otorgarle la condición de Patrimonio de la Humanidad. Con una población de en torno a 35.000 habitantes, se trata de la Capital de Provincia menos poblada de España, pero no por ello la menos interesante desde la perspectica, histórica, cultural, artística, natural o gastronómica, sino todo lo contrario.

Llegamos a Teruel en torno a las 20:45h de la noche del Viernes, 26 de Octubre de 2008, en compañía de Iván, Natalia, y la pequeña Olga. Habíamos empleado varios días en planificar concienzudamente nuestra estancia para extraer el máximo jugo a esta interesante tierra durante nuestra corta estancia de fin de semana. Callejeando por las calles de la localidad para encontrar el muy recomendable Hostal Serruchi, donde nos alojaríamos, dimos con el mismo casi a los pies del bonito Acueducto de Los Arcos, considerado como la obra de ingeniería civil más importante de todo el renacimiento español. El arquitecto, que proyectó y realizó este acueducto, fue Pierres Vedel, y a la hora de concebirlo se inspiró y trató de emular, a las portentosas obras de ingeniería civil realizadas por los romanos, de los cuales se percibe intensamente la inspiración de esta construcción.

También nos topamos en esta zona con la primera de las joyas de la Capital del Mudéjar, La Iglesia y Torre de La Merced, edificio muy representativo de este arte, aunque en una proporción si cabe más humilde que el resto de las edificaciones que se pueden encontrar en la ciudad.

Aparcamos bajo Los Arcos y nos dirigimos al hostal para registrarnos en el Hostal y descargar el equipaje. A las 21:00h teníamos reservada nuestra primera cita gastronómica, en el restaurante Ambeles, identificado a priori como uno de los referentes gastronómicos de la ciudad, y ya íbamos con cierto retraso. Pudimos disfrutar de una agradable cena, compuesta por un menú degustación, a base de unos entrantes seleccionados por el cocinero: jamón de Teruel (quizás no es éste el mejor que puede encontrarse en la ciudad), foie, salmón ahumado, y pastel de pescado; y unos segundos de los cuales destacó el chuletón, de buen tamaño, bien presentado y elaborado, una paletilla de ternasco y un pescado, correctos en ambos casos. Tras la cena dimos un ligero paseo por el centro para determinar la ubicación de los puntos de interés más destacados de la ciudad, y retirarnos a descansar para afrontar la intensa jornada que teníamos planificada para el sábado.

Nos pusimos en marcha a las 10:00h de la mañana del Sábado, con objeto de visitar el centro histórico de la ciudad, cuyo plato fuerte sería la visita guiada organizada por el ayuntamiento que partía desde la Plaza de Los Amantes, a las 12:00h. Hasta dicha hora, dimos un agradable paseo, desde la zona de Los Arcos, girando por el Torreón de La Bombardera, uno de los múltiples torreones que conformaban la muralla de la ciudad, y que se conservan en buen estado, para llegar enseguida al centro neurálgico de la ciudad, la Plaza del Torico. Dicha plaza toma su nombre por el curioso monumento compuesto por una columna de alto fuste sobre cuyo capitel apenas podemos apreciar, hasta llegar muy de cerca, la figura de un pequeño a la vez que bonito torito de bronce, acompañado de la característica estrella, y configurando así el conjunto simbólico que identifica a la ciudad, "El Toro y La Estrella", que refiere a la antigua leyenda de su creación http://www.caiaragon.com/es/arbol/index.asp?idNodo=132&idNodoP=38



Casi anexa a la Plaza del Torico encontramos la Plaza de Los Amantes, donde está la sede de la oficina de turismo y así mismo se encuentra el Mausoleo de Los Amantes. Dado que faltaba algún tiempo para el inicio de la visita guiada, decidimos emplear unos minutos visitando el mausoleo conmemorativo de Los Amantes de Teruel, probablemente, la historia de amor más romántica y triste que conservamos en la memoria popular española (http://www.amantesdeteruel.es/cabecera_amantes.html). El mausoleo alberga diversos contenidos audiovisuales, y documentales relacionados con la cultura de la época en la que transcurre la historia (s. XIII), así como los sarcófagos donde descansan eternamente los cuerpos de Juan Martínez de Marcilla y de Segura, hija de Pedro Segura. Lo más destacable de dichos sarcófagos es que permiten observar los restos momificados de los amantes en su interior. Así mismo, cabe destacar el detalle de las estatuas yacentes sobre los sarcófagos, esculpidas por Juan de Ávalos, acercando sus manos sin llegar a tocarse, en representación de un amor no consumado. (http://www.caiaragon.com/es/actividades/index.asp?idAct=79&idSeccion=6&idTipo=78&idloc=450)

Puntualmente a las 12:00h comenzó la visita guiada, en la Oficina de Turismo de Teruel, sita muy cerca del Mausoleo de los Amantes. La guía, tras contarnos la historia de los Amantes, ayudada con una divertida escenificación improvisada por parte de algunos presentes, llevo nuestra atención precisamente hacia la Torre de San Pedro, la más antigua de las torres mudéjares turolenses (s.XIII), que se levanta anexa al mausoleo, en la bonita Iglesia de San Pedro. Dicha torre conserva en sus elementos ornamentales simbología correspondiente a la convivencia de las tres culturas en la ciudad: Cristianos, Judíos y Musulmanes.


Nos dirigimos después a la Plaza del Torico, donde la guía nos explico de primera mano la leyenda de la fundación de la ciudad así como la interpretación de la simbología del Toro y la Estrella. Adicionalmente nos informó del uso que se dio a dicha plaza en la Edad Media como lugar de aprovisionamiento y acumulación de aguas, a través de los aljibes del s.XIV que aún se conservan en su subsuelo. También llamó nuestra atención sobre los edificios modernistas sitos en dicha plaza, Casa Ferraz, La Casa de La Madrileña y la antigua Casa de Tejidos "El Torico", actualmente perteneciente a la Caja Rural de Teruel.

Continuamos con un breve paseo hasta llegar a la Plaza de la Catedral, donde se alza la Catedral de Santa María de Mediavilla, conjunto arquitectónicamente complejo fruto de sus ocho siglos de existencia. Posee otra de las importantes Torres-Campanario Mudéjares de la Ciudad, ligeramente inclinada debido al efecto del secado irregular de los ladrillos, cuya parte baja es atravesada por una calle, y rematada en lo alto con un cuerpo superior de datación posterior (s.XVIII). Anexa a la catedral se encuentra la Casa del Dean, con su curiosa fuente, del s.XVI.

Nos dirigimos ahora hacia la Plaza Pérez Prado para visitar otra joya Mudéjar de la ciudad, La Torre de San Martín (s. XIV). Es impresionante ver como eleva el colosal edificio al final de la calle de Los Amantes, mientras te vas acercando al mismo caminando por esta calle. Está constituida por dos torres, una envolviendo a la otra, discurriendo por el espacio entra ambas una escalera que da acceso al campanario. La torre exterior incorpora toda la ornamentación: paños de ladrillo resaltado, lazos formando estrellas de ocho puntas, friso de arcos mixtilíneos y arcos lobulados entrecruzados. Fue restaurada en el s. XVI, por el arquitecto Pierres Vedel, que incorporó un muro de sillares en talud en el flanco sudoccidental para evitar el vencimiento que la torres estaba sufriendo hacia dicho flanco.

Proseguimos ahora por la Calle Yagüe de Salas deteniéndonos brevemente en la Plaza de Cristo Rey, más popularmente conocida como Plaza de las Monjas, dada la presencia del Convento de Las Claras.

Continuamos la marcha llamando nuestra atención a la perspectiva completa de la catedral que nos propició el paseo por esta calle, y continuamos hacia la Calle del Salvador para llegar a otro de los monumentos mudéjares más representativos, La Torre del Salvador. Se considera coetánea y hermana de la Torre de San Martín, saltando a la vista las similitudes entre ambas.

Finalizamos la visita a la ciudad en el Paseo del Óvalo, muy cerca de la llamada Escalinata, que comunica el centro de la ciudad con la estación de ferrocarril. Desde aquí se aprecian unas bonitas vistas al entorno de Teruel, y la posibilidad de alargar el paseo, especialmente indicado para hacerlo de noche.

Y tras esta excepcional visita guiada a la ciudad, acabamos nuestra estancia en la ciudad reponiendo fuerzas en el Bar Restaurante Aquí Teruel, donde tuvimos la oportunidad de degustar un exquisito corte de Jamón Denominación de Origen Teruel, unos excelentes quesos de la tierra, y algunas otras viandas que restauraron nuestro apetito a plena satisfacción.

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