Viajar por Guadalajara, la Guadalajara serrana, la más profunda, nos permite no sólo disfrutar de sus espacios de naturaleza en estado puro, sino viajar también por el tiempo, y regresar a una época pasada, en la que parece haberse quedado congelada toda esta comarca.
Este Sábado, 10 de Abril de 2010, hemos tenido ocasión de realizar una larga ruta off-road por la serranía de Guadalajara, en la que también nos hemos reservado nuestro tiempo para visitar en ruta a pie algunos lugares de gran interés histórico y paisajístico.
Hemos comenzado la ruta en coche en las inmediaciones de la localidad de Tortuero, donde hemos iniciado la marcha por una de las pistas de servicio del Canal de Isabel II.
La ruta se adentra entre pinares de gran belleza recorriendo las laderas de estos tupidos montes, y superando ladera arriba y ladera abajo los sobrecogedores parajes que la topografía identifica como las Cuerdas de Peña Grande, Cabeza Quemada, o Las Morenas.
En las inmediaciones de la Loma del Miruelo dejamos la pista principal, que nos llevaría a la presa del Embalse del Vado, y tomamos una pista que empieza a encaramarse con decisión a la Loma del Miruelo en primera instancia, y con más verticalidad aún, entre cerradísimas horquillas, hasta casi el vértice de Cabezas (1437 mts.)
Iniciado el descenso, y poco antes de llegar al Collado de Ontanar, hicimos una pequeña parada para disfrutar del paisaje y estirar las piernas.
Proseguimos la marcha dirigiéndonos ahora hacia la pequeña población de La Vereda, superada la cual, y tras unos 3kms de marcha adicionales, llegamos a una zona más abierta, cruce de 4 caminos. Donde dejamos los vehículos para iniciar a pie una excursión al impresionante paraje donde se erige la Iglesia del Vado.
Percibimos que la pista había sido ensanchada y limpiada de vegetación por una impresionante máquina procesadora, que acaparó nuestra atención por unos instantes.
Incluso los últimos metros que comunican la pista principal con la Iglesia del Vado habían sido objeto de tala, aunque no de limpieza, dado que el lecho de la senda presentaba todo el deshecho de las talas, haciendo muy dificil el tránsito.
Una vez en la Iglesia, pudimos disfrutar del increíble entorno que la rodea, y que ya hemos tenido ocasión de experimentar en otras ocasiones. Por más que se venga a este lugar, cada ocasión depara una experiencia única y peculiar.
Tras reponer fuerzas y regresar a los coches, tomamos ahora el camino que nos llevaría a Colmenar de La Sierra, parando antes en el bonito collado que da acceso a la trepada hasta el Cerro de San Cristóbal. Aprovechamos la ocasión para subir a visitar este vértice (1588mts) y disfrutar de las extraordinarias vistas que se pueden disfrutar en 360º, hacia el Embalse del Vado y los pueblecitos de su entorno, hacia la Sierra de Ayllón, o hacia el espectacular Cuchillar del Asomante.
Retomamos la marcha dando un pequeño rodeo antes de llegar a Colmenar de la Sierra, que nos permitió disfrutar de nuevos de bonitos pinares y algunos barrizales que amenizaron la conducción.
Hicimos así mismo alguna parada, junto al Río Jarama, que por aquí todavía baja fresco y limpio, y así refrescarnos un poco antes de proseguir con nuestro periplo.
No perdimos ocasión de pararnos en Colmenar de la Sierra, pequeña población cuyos habitantes habituales pueden contarse con los dedos de la mano, y tomar un refresco en el bar, donde pudimos compartir impresiones con su propietario acerca de los usos, costumbres y lugares de esta comarca.
Para terminar la jornada, tomamos de nuevo una pista que nos deparó unas extraordinarias vistas hacia las cumbres nevadas de la Sierra de Ayllón, y también unas vistas casi aéreas de las poblaciones de Cabida y Peñalba de la Sierra, y que nos permitió llegar prácticamente al pie del Puerto de la Quesera, evitando así el gran rodeo que habría que dar por carretera, y de esta forma doblar estos montes hacia Riaza, para retomar por carretera el retorno a Madrid.
Ficha técnica de la ruta y descarga de track en Wikiloc:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=987025